ingenuina,
en tu inolesencia,
desconocías a tu postmoderna.
Esa que hoy
no tiene esperanza
porque no espera
porque no crea
recuerdolencia
cuando te decía:
"no hay más audiencia
que la propia vida"
vos reprochabas,
suaverrante,
que no importaba,
que no exportaba,
que el cielo albergaría
a la liebre y a la anguila,
y yo quería creerte,
querida mía.
sarcáustica,
todavía no entendés:
por cada día una oda,
por cada tonta un tren.
29 de noviembre de 2016
Hace 4 años
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